El pasado 25 de junio, la Universidad Riviera celebró una edición más de la Feria Miatsil 2025, un evento que, año con año, se consolida como un espacio para reconectar con nuestras raíces. Su nombre proviene del maya y significa "cultura". Y en Playa del Carmen, hablar de cultura tiene un sentido especial. Esta ciudad, joven y dinámica, ha crecido al ritmo del turismo. Su prosperidad ha atraído a personas de todas partes de México y del mundo, convirtiéndola en un lugar diverso y multicultural. Sin embargo, esa riqueza también trae un reto: el riesgo de desconectarse de las tradiciones que nos definen.
La Feria Miatsil responde justamente a esa necesidad de mantener viva nuestra identidad. En esta edición, los estados de Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Chiapas estuvieron presentes a través de su gastronomía, trajes típicos, danzas, música y artesanías. Fue un recorrido multisensorial donde cada stand contaba una historia: la historia de un México diverso, profundo y lleno de matices.
La gastronomía, sin duda, fue uno de los ejes centrales. México es uno de los pocos países cuya cocina está reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Pero ese título no es eterno: debe sostenerse en la práctica cotidiana, en la transmisión de recetas, en el acto de cocinar y de comer lo nuestro. Por eso es tan importante que los jóvenes aprendan a preparar y disfrutar de estos platillos, más allá de la oferta internacional que predomina en la ciudad.
Durante la feria, pudimos disfrutar de tamales oaxaqueños de rajas, mole verde y amarillo, pozole, tacos de carnitas con agua de tamarindo, tejate, horchata con melón, jicaletas, fresas con crema y hielitos de cacahuate. Cada sabor evocaba una región, una tradición, un hogar. Sabores que, además de alimentar, narran.
La experiencia fue más allá del paladar. La feria se llenó de música con la participación de la banda escolar, de baile con los folclóricos que acompañaron la jornada, y de creatividad con la impresionante catedral construida por estudiantes de Arquitectura, que se robó más de una mirada. Juegos tradicionales como el memórame, el toro mecánico y otros espacios recreativos completaron el ambiente festivo.
Un espacio especial fue destinado a los jóvenes emprendedores, quienes presentaron sus proyectos en un entorno que celebra la identidad y la innovación social. Además, se realizó el tradicional concurso de Rey y Reina Miatsil 2025, reforzando el sentido de comunidad y pertenencia.
Pero la cultura no es solo un ancla al pasado. Es también una herramienta para el presente. En una ciudad como Playa del Carmen, fortalecer el arraigo cultural ayuda a construir una comunidad más consciente de su diversidad, más tolerante y más segura de sí misma. Cuando sabemos de dónde venimos, el lugar donde vivimos deja de ser solo un punto en el mapa para convertirse en un espacio propio, en un hogar compartido.
La Feria Miatsil es una prueba de que la universidad no solo forma profesionales: también contribuye a formar ciudadanos con memoria, sensibilidad y sentido de pertenencia. Y eso, en un mundo que cambia rápido, es tan valioso como necesario. ¡Te esperamos en la siguiente edición!