Desde finales de los años 90’s del siglo XX, hasta el presente, hemos visto como los términos de sostenibilidad y sustentabilidad se han integrado en diversos aspectos de nuestra vida cotidiana.
Las industrias y empresas de diversos ramos, incluidas las de servicios como es el caso de la actividad turística, se promocionan como empresas ambientalmente responsables, argumentando que realizan diversas actividades de carácter sostenibles o sustentables.
Sin embargo, más allá del discurso mercadológico, podemos observar que, salvo los especialistas y personas involucradas directamente con los aspectos ambientales y ecológicos, la gran mayoría de la población, incluyendo en muchos casos a los representantes de los gobiernos municipales encargados de la gestión del desarrollo urbano y medio ambiente, desconocen o no comprenden el significado de tales conceptos.
Sin bien, por otro lado, cada día la sociedad civil se va sensibilizando más, sobre la importancia del cuidado del medio ambiente y de su entorno, promoviendo y ejecutando diversas acciones para minimizar y concientizar a la población en temas como la disminución de los residuos, la importancia de la limpieza de playas, la sustitución de artículos desechables de un solo uso, entre muchas otras; los esfuerzos se ven rebasados por las grandes corporaciones que continúan devastando los manglares y selvas de la región.
Es aquí, donde entra en juego un concepto aún menos conocido y comprendido: “Los Servicios Ecosistémicos”, cuyo entendimiento y apropiación puede ser la llave para que tanto los inversores como la población en general valoren en toda su dimensión, la importancia del cuidado del medio ambiente y de los recursos naturales.
Una definición simple: “Son las funciones de los ecosistemas que permiten satisfacer una serie de necesidades humanas de manera directa e indirecta y que son cruciales para el desarrollo económico y el bienestar social”, es decir, son los beneficios que las sociedades obtiene del medio natural.
Este concepto comienza a tomar importancia a partir de la publicación de la “Evaluación de los ecosistemas del Milenio" (Millennium Ecosystem Assessment) en 2005, en el cual se clasifican en cuatro grupos principales los servicios y beneficios, tangibles e intangibles, que las poblaciones obtienen de los ecosistemas.
La comprensión de estos servicios, pero sobre todo su valoración integral, es decir, la identificación de los beneficios que obtenemos de cada ecosistema, su estado de conservación y por supuesto, su valor económico, no como componentes individuales sino como sistema integrales, permitirán que recapacitemos y apreciemos, qué y cuanto se pierde o se deja de ganar.
Esto debería resultar particularmente de interés para los grandes inversionistas, quienes al darse cuenta del valor económico de los servicios que se obtienen de los sistemas naturales, podrían recapacitar y ver que hay formas de mantener sus utilidades o incluso incrementarlas, sin que esto implique la devastación absoluta de nuestros ecosistemas, al tiempo que se favorecen las condiciones de vida de la población de la región.
Sobre todo si tomamos en consideración, que no hay sector de la sociedad que no dependa de los bienes que la naturaleza nos provee.
Sin duda alguna, uno de los servicios ecosistémicos intangibles más importantes para el turismo, son los servicios culturales, entre los que se cuentan la calidad del paisaje y del entorno natural, playas, cenotes, selvas, arrecifes, etc.
Todos esos componentes son los que conforman los principales atractivos turísticos de la región y por ende, son los que motivan a los turistas a visitar el maravillo Caribe Mexicano, lo que ha puesto al estado de Quintana Roo en el primer lugar en la captación de divisas y número de visitantes.
Es por ello que, la Universidad Riviera reitera su compromiso con el cuidado y protección del medio ambiente, a través de dos ejes fundamentales: “Turismo y Sostenibilidad”.
Por ello asume la responsabilidad de continuar formando a las nuevas generaciones en un contexto de respeto y armonía con el medio natural, promoviendo actividades sostenibles a través de la comprensión del valor e importancia que tienen para la sociedad los servicios ecosistémicos, fortaleciendo las capacidades locales a través de la transferencia de conocimiento.
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